sábado, febrero 14, 2009

Recordando a Pepe Parada



El 14 de febrero de 2003 fallecia Pepe Parada. Justo en el día de los enamorados, el que era un enomorado de la vida. En un reportaje televisivo, Pepe, declaraba: "yo no le pido muchas cosas a Dios, me levanto por la mañana, tengo salud, me pongo un saco, la corbata, agarro mi agenda, desayuno en el bar de siempre y comienzo con los contactos. Trabajo, amigos, un hijo, no se puede pedir más". Estas palabras reflejaban la sencillez con la se manejó siempre.

Otra característica que lo pintaba de cuerpo entero, era su conocida generosidad, tanto con el dinero como dando su apoyo a todos los que querian iniciar sus pasos en el mundo artístico.

Pepe, era rico en amigos, desde los más famosos como: Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Susana Giménez, Moria Casán, de los cuales fue también, su representante. El que merece una mención especial y que lo conocía como nadie, es el productor, Tito Hurovich, más que su amigo, un hermano, tal lo definia Pepe. Siempre se los veia compartir mesa en los más famosos restaurantes porteños.
Cenas, amigos, restaurantes y el Potro

Pepe, se jactaba de no tener vajilla en su casa, ni siquiera desayunaba en ella, lo hacía en una confiteria de la calle Marcelo T. de Alvear, próxima a su domicilio y también cenaba siempre afuera. Fueron famosas las veladas en Fechoría de la calle Córdoba, cuando ese restaurante, cuyo dueño Pepe, se convirtió en una celebridad igual que sus famosos comensales convocaba a lo más granado de la far,andula porteña. Allí, durante muchos años, tuvo su mesa exclusiva, Gerardo Sofovich y en ella muchas veces se sentaba Pepe. Cenaban desde artistas, presidentes como Menem, cantantes como Alberto Cortez, Serrat, Julio Iglesias y hasta el actor Jose Sacristán y su amigo Alberto Olmedo.
Un capítulo aparte, lo merece la parrilla El Corralón, ubicada en Anchorena y Córdoba y elegido por gran parte de la farándula en los últimos años. Allí, Pepe tenía su mesa próxima a la caja, donde todas las noches junto a su amigo Tito Hurovich recibían los saludos de todas las personalidades que pasaban por ahi. Pero la noche que siempre quedará en el recuerdo es aquella en la compartió mesa con el Potro Rodrigo, por entonces se hablaba del boom Rodrigo, no había medio que no hablara de él. Esa noche del 2000, Pepe le presentó al Potro el hijo del querido negro Olmedo, Fernando y el cuatetero lo invitó a presenciar el que sería su último recital, tras el cual fallecieron ambos en el conocido accidente automovilístico.
En el Corralón le festejaron su último cumpleaños en enero de 2003, días antes de su muerte producto de un cáncer. No cabía un alfiler, todos quisieron estar presentes para homenajear a este gran personaje porteño, que hoy, a 6 años de su partida sigue volando su espíritu por las mesas de Anchorena y Córdoba.